¿Todavía creemos que no tiene nada que ver las emociones con nuestro dolor?, ¿Seguimos pensando que el estado de ánimo no influye en el intestino y a su vez en el estado de una lesión?
Todos sus sentimientos, sean buenos o malos, crean cambios emocionales, y el estrés o negatividad, no es la excepción.
Cuando se encuentra bajo estrés, su ritmo cardiaco puede subir, su presión arterial podría aumentar y su sangre puede irse de su estómago y dirigirse hacia sus brazos, piernas y cabeza para pensar rápido, luchar o huir. El problema viene cuando el estrés es crónico.
El estrés crónico es el resultado de la alteración en la relación entre su cerebro y su intestino, lo cual puede provocar o empeorar numerosos problemas en el sistema digestivo.
El intestino su composición en tejido es muy parecida al cortex cerebral y creador de la serotonina entre otras cosas. En un sentido muy real usted tiene dos cerebros, uno dentro de su cráneo y otro en su intestino.
Es decir, cerebro e intestino van de la mano en el buen funcionamiento del organismo.
Del mismo modo, el estrés es el resultado de las alteraciones de su conexión entre su cerebro y su intestino, lo cual puede contribuir o provocar de manera directa una serie de trastornos gastrointestinales. Que si unimos a lo que estudios nos dicen, la alteración del cerebro, empeora nuestro sistema digestivo y a su vez influye directamente en la inflamación.
El organismo corresponde al estrés con una serie de efectos perjudiciales en su sistema digestivo, efectos negativos en la flora intestinal y un aumento de la permeabilidad intestinal, con lo que estamos más expuestos a un entorno inflamatorio. Con lo que aumentaremos la inflamación si tenemos una lesión o inflamación.
La respuesta al estrés provoca una serie de eventos perjudiciales en su intestino, incluyendo: disminución en la absorción de nutrientes, disminución en la oxigenación de su intestino, hay cuatro veces menos flujo sanguíneo en su sistema digestivo, lo que provoca una disminución del metabolismo.
Como está descrito en el estudio publicado en el Journal of Physiology and Pharmacology:
“El estrés, que se define como una amenaza grave a la homeostasis, muestra tener efectos tanto a corto plazo como a largo plazo sobre las funciones del aparato digestivo. Los principales efectos que tiene el estrés sobre la fisiología del intestino incluye: Alteraciones en la motilidad gastrointestinal, Aumento en la percepción visceral, Cambios en la secreción gastrointestinal, Efectos negativos en la capacidad regenerativa de la mucosa gastrointestinal y el flujo sanguíneo de la mucosa, Efectos negativos sobre la microflora intestinal: Los mastocitos (MC) son importantes efectores del eje cerebro-intestino, que traducen las señales de estrés en la liberación de una amplia variedad de neurotransmisores y citoquinas proinflamatorias, que podrían afectar profundamente la psicología gastrointestinal.”
Todo esto nos viene a decir que el estrés crónico y otras emociones negativas como el enojo, la ansiedad y la tristeza, pueden desencadenar síntomas y enfermedades en su intestino. Como lo explican investigadores de Harvard:
“La psicología se combina con los factores físicos para causar dolor y otros síntomas intestinales. Los factores psicosociales influyen en la fisiología real de su intestino, así como en los síntomas. En otras palabras, el estrés (o depresión u otros factores psicológicos) pueden afectar el movimiento y contracciones de las vías de su tracto gastrointestinal (GI), provocando inflamación o haciéndolo más susceptible a infecciones.
Estos estudios nos explican como algunas personas con problemas en su sistema digestivo, perciben el dolor mayor percepción de su dolor agudo porque sus cerebros no regulan correctamente las señales de dolor desde su aparato digestivo. El estrés puede hacer que el dolor se sienta aún más.
La conexión funciona en ambos sentidos, es decir que mientras el estrés puede provocar problemas intestinales, los problemas intestinales también pueden provocar problemas emocionales. Los investigadores de Harvard continúan:
“Esta conexión va en ambos sentidos. Un intestino con problemas puede mandar señales al cerebro, así como un cerebro con problemas puede mandar señales al intestino. Por lo tanto, el estómago de una persona o el malestar intestinal puede ser la causa o el producto de ansiedad, estrés o depresión. Eso se debe a que el cerebro y el sistema gastrointestinal están íntimamente conectados, tan íntimamente que en realidad deberían de ser vistos como un solo sistema.”
Lo que podemos hacer para mejorar todo este entramado es mucho, el ejercicio es muy útil para el alivio y despeje de su mente. Otras actividades más específicas que podemos hacer son mindfulness, yoga, meditación… Aprender técnicas de relajación como respirar profundamente y la visualización
Además del ejercicio y saber relajarnos en situaciones adversas, a nivel nutricional también podemos ayudar a nuestro cuerpo:
- Evitar el azúcar: Comer azúcar y fructosa en exceso distorsionará la relación entre las bacterias buenas y malas de su intestino, ya que sirve como fertilizante/combustible de los patógenos, hongos y levaduras que inhiben negativamente la bacteria benéfica en su intestino.
- Eliminar el gluten de la dieta
- Hidratarse correctamente
- Evitar lácteos. Debido a sus factores de crecimiento IGF-1 y su intolerancia. El consumo abusivo de leche puede inducir algunos problemas de salud a largo plazo, como alergias alimentarias, enfermedades cardiovasculares o autoinmunes.
- Dieta rica en antioxidantes, dentro de los glúcidos sabemos los que debemos consumir. Debemos comer fruta y verdura.
- Tomar un suplemento de probióticos nos puede ayudar a mejorar nuesrta macrobiota, siempre aconsejados por un profesional.
Como recomendaciones a tener en cuenta en el hábito de vida:
- Dormir en completa oscuridad: Esto es necesario para la apropiada producción de la hormona melatonina. Y las investigaciones sugieren que “la melatonina”, un importante mediador del eje cerebro-intestino, ha demostrado tener importantes efectos protectores contra el estrés inducido por lesiones en el tracto gastrointestinal.
- Comer tranquilamente y masticar es fundamental para la captación correcta de todos los nutrientes y el buen funcionamiento del sistema digestivo.
Referencias:
iNeurogastroenterology and Motility 2011 Dec;23(12):1132-9.iiProc Natl Acad Sci U S A. 2011 Sep 20;108(38):16050-5.iiiJournal of Physiology and Pharmacology December 2011; 62(6):591-9.ivJournal of Physiology and Pharmacology
Harvard Health Beat March 27, 2012
Journal of Physiology and Pharmacology December 2011; 62(6):591-9.
ISAAC ALONSO
Fisioterapeuta Ergoactiv